...La música, como forma de expresión, está ligada al carácter de las personas. Desempeña un papel importante en la riqueza cultural de un pueblo y está sujeta a
una continua evolución....

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA INFLUENCIA DE LA MUSICA Y DE LOS VIDEOS DE "ROCK"

Las canciones y la música siempre han jugado un papel importante en el aprendizaje y la comunicación de la cultura. Los niños aprenden de sus modelos de comportamiento lo que ven y lo que oyen. Durante los últimos 30 años, algunos programas de televisión de niños han usado con mucha eficacia la combinación de palabras, música y dibujos animados para lograr el aprendizaje.

La mayoría de los padres se preocupan por lo que ven y oyen los niños, pero al crecer los niños, los padres dejan de prestarle atención a la música y los videos que entretienen a sus hijos.

El compartir gustos musicales entre varias generaciones de la familia puede ser una experiencia muy entretenida. La música es también parte del mundo exclusivo de los adolescentes. A los adolescentes les gusta mucho excluir a los adultos y así causarles preocupación.

Una de las preocupaciones de los que se interesan en el desarrollo y crecimiento de los adolescentes es el deterioro pronunciado en los mensajes que aparecen en la música "rock", inclusive de los álbumes más populares y de mayor venta. Los siguientes temas son problemáticos y prominentes.

  • La promoción y exaltación del abuso de drogas y bebidas alcohólicas;
  • Representaciones y palabras que presentan el suicidio como una "alternativa" o "solución";
  • La violencia gráfica;
  • La preocupación con lo oculto; canciones acerca del satanismo y el sacrificio humano y su aparente representación en conciertos;
  • Sexo que enfatiza el controlar el sadismo, el masoquismo, el incesto, el menosprecio de las mujeres y la violencia contra ellas

Los padres pueden ayudar a sus hijos adolescentes prestándole atención a lo que el hijo compra, escucha y ve y ayudándolo a identificar las tendencias destructivas en la música.

La música no es por lo general un peligro para un adolescente cuya vida es feliz y saludable. Pero si el adolescente demuestra tener preocupación excesiva con música de temas destructivos y si tiene además cambios en su comportamiento como el aislamiento, la depresión o el uso de alcohol o drogas, se recomienda que se le haga una evaluación psiquiátrica.

lunes, 24 de mayo de 2010

La música y las personas sordas

IMPACTO DE LA MUSICA SOBRE LOS ADOLESCENTES

La música siempre ha desempeñado un papel importante en el aprendizaje y la cultura, pudiendo llegar a influir en costumbres y emociones. En muchas ocasiones la música forma parte de la tradición de un país o de una región (reggae, tango, folklore, rap, polka, salsa, samba, etc. En numerosas circunstancias se convierte la música en verdadera protagonista pudiendo serlo también los propios intérpretes o sus mismos autores.

La música constituye un entramado complejo de sentidos; opera en las prácticas culturales de los jóvenes como elemento socializador y al mismo tiempo diferenciador de estatus o rol.
Allá por los años 50 el "Rock and Roll" entró a formar parte de la historia de mano de su intérpretes más aplaudidos (Elvis Presley, Beatles, Rolling Stones). Desde entonces la música ha vivido cambios espectaculares, y la influencia que ha ejercido en todas las generaciones, de forma especial en los adolescentes, siempre ha supuesto una fuente de preocupación para la sociedad y las familias. Desde ya que no se intenta decir que la música solamente ha modificado a la sociedad. La sociedad, en general, ha visto modificados muchos de sus valores, primando en la actualidad el éxito y la competencia, la eficacia y el rendimiento, el poder del dinero, el bienestar y el ocio, el estatus social y la belleza. La eclosión de los medios de comunicación y, en especial, de la televisión, ha marcado notablemente la vida social. La música juega un papel importante en el refuerzo de este tipo de valores.

jueves, 13 de mayo de 2010

La Musica y su Influencia


La música esta considerada como lenguaje universal y medio de unión entre la humanidad sin embargo también es una forma muy común de crear obstáculos muy grandes entre grupos sociales. Sobre todo en los grupos integrados por jóvenes llamados tribus urbanas, y crea también una entre la sociedad que los rodea y ellos, ya que después de todo ¿como pretender entender a un joven, si no se comprende la música que escucha?
Los Emos, darketos, y demás tribus urbanas son el refugio de estos jóvenes que buscan su identidad y encuentran con quien compartir miedos, gustos, incomprensiones y desobediencias así como la solución a los problemas de la vida diaria. En estas tribus la música es una característica muy marcada ya que encuentran en ella la forma clara y concisa de expresar todo lo que sienten. Estas diferencias de gustos musicales marcan demasiado las barreras, que en este trabajo llamaremos barreras virtuales ya que en realidad son barreras hechas por las mentes de los individuos pero que en realidad una vez vencidas nos damos cuenta de que son solo imaginarias.
Encontramos que estas diferencias han causado grandes problemas sociales como es el caso aquí en México que hace relativamente poco tiempo se dieron enfrentamientos violentos entre Emos y skatos a lo largo de la república. Sabemos que la música influye demasiado en las personas, entonces ¿cómo es que esta música que escuchan los jóvenes influye en sus actos?, la respuesta está en que hay partes del cerebro que al escuchar cierto tipo de música, entran en actividad provocando diferentes reacciones ya sean positivas o negativas, pero también las actitudes de las personas influyen a la música que igualmente sufre cambios. Como es el caso de el movimiento hippie al rock. También todos estos cambios están relacionados con los problemas sociales, económicos y psicológicos, así como por seguir a las nuevas modas establecidas.
“La música expresa lo que no puede ser puesto en palabras, y lo que no puede mantenerse en el silencio”... Víctor Hugo
Así como la música está dividida en géneros, el estado de ánimo de la gente también lo está, ya que a veces nos sentimos tristes, alegres, con ganas de bailar, saltar. La música se ha considerado una fuerza tan potente e influyente en la sociedad que los principales filósofos y políticos han abogado por su control. Ya desde la antigüedad se creía que la música afectaba directamente la voluntad, la que a su vez influya sobre el carácter y por ende en la conducta humana.
Así por ejemplo, Aristóteles señalaba que la música imita directamente las pasiones o estados del alma y otras cualidades; por lo tanto, cuando uno escucha música que imita cierta pasión, es influido por la misma pasión.
Independientemente de la letra, que comunica un mensaje, no son necesarias las palabras para que la música tenga un significado que los oyentes puedan comprender. Se han hecho estudios para comprobar la influencia de esta en los individuos, Estos estudios suponen que el impacto de la música en el humano afecta nuestro estado de ánimo, emociones y en último caso afectar el comportamiento, incluso en el momento de tomar decisiones, sin embargo es diferente la influencia de un individuo a otro, ya que el condicionamiento no puede lograr que la música que transmite enojo, odio, temor o suspenso, a un ser humano, comunique alegría o paz a otro. Tan grande es esta influencia en las personas, que se ha utilizado lo mismo para potenciar la agresividad como la tranquilidad, del mismo modo que se emplea para dormir, relajar, estimular o concentrar la atención en algo. También se ha comprobado el efecto que tienen los sonidos en el desarrollo del niño cuando está en etapa fetal; mediante la medición con ecografías y fonendoscopios en madres que escuchaban distintos tipos de música, se comprobó que la música clásica producía movimientos lentos del niño y ninguna alteración de sus constantes cerebrales y circulatorias, mientras que la música rock provoca movimientos nerviosos y aumentos de su frecuencia cardiaca. Todo depende del tipo de música y el momento en que se escuche.
La cadencia de las notas musicales, graves o agudas, es un factor muy importante, así tenemos que, mientras que los ritmos lentos inducen a la paz, los rápidos incitan al movimiento y a exteriorizar los sentimientos, estas notas o vibraciones que actúan en distintas partes del cerebro, logran que las personas asuman posiciones o cambien su forma de pensar o actuar, así la música se ha encargado de transformar a la sociedad y por ende al mundo.
Hoy en día existen diferentes estilos de música como la salsa, el merengue, el rock, el jazz, el tango…etc.; cada persona escucha la música que le gusta, que la hace exteriorizar sus sentimientos o sentirse liberados. Es un medio de expresión, un arte para disfrutar, y siendo que es para todo tipo de gente, no importando genero, edad, posición social, etnia, etc. No debe convertirse en barreras para la convivencia social sin embargo lo ha hecho, ya que desde hace algún tiempo los jóvenes se han agrupado y han tomado como estandartes ciertas ideologías y géneros musicales, estos grupos o tribus urbanas se han enfrentado solamente por pensar y actuar distinto.
Las Tribus Urbanas componen una gran parte de las agrupaciones, juveniles mayoritariamente, conforman una serie de cultura y arte a su alrededor para el desarrollo de su moral o estilo de vida, vienen marcadas por una profunda carga emocional gracias a esa búsqueda por la realización personal y/o comunal. Toman distancia de la sociedad, del "mundo adulto", y constituyen espacios de encuentro y de contención, en los cuales comparten intereses e inquietudes, y se brindan protección unos a otros. Tienen una fuerte marca en común: manifestar la insatisfacción que les genera el modo en que el mundo los trata, se reúnen en torno de una visión del mundo, de una cierta ideología, de una estética (peinado, maquillaje, modo de vestir) y del gusto por determinado género musical.
Históricamente, la música, la literatura, el teatro, el cine, y la cultura en general ha generado estos movimientos diferenciables, quizás hoy más visibles por el avance constante y vertiginoso de la comunicación. El hecho de ser diferente ha sido suficiente para que la prensa, radio y televisión denigren a estos grupos con el argumento de que los jóvenes que los integran son “malvivientes, vagos y drogadictos”; además, condenan sus graffitis (pinturas callejeras), música, bailes, atuendo y formas de organización, sólo porque no coinciden con los de la cultura dominante. Dejando de lado que, gracias a estos núcleos, los chicos pueden desarrollar procesos de identidad, solidaridad y protección, pero sobre todo, dan sentido y esperanza a su vida en un mundo que la mayoría de las veces les resulta adverso.
La juventud urbano-popular experimenta un acostumbramiento a la violencia, producto de una socialización afectada directa o indirectamente por hechos violentos: rechazo y desconfianza dentro del mundo adulto, maltrato verbal y/o físico por parte de sus padres, entre otras. Resultan lógicas las conductas violentas en un contexto donde los jóvenes populares son marginados bruscamente, sin embargo, esta violencia en el mundo del joven no puede ser explicada únicamente a partir de las variables pobreza y marginalidad. Muchos jóvenes, no necesariamente pandilleros, buscan a tientas un escape a través de actividades extraordinarias como son: la música, el deporte, la religión, la política, etc. va a tener siempre una enorme energía expresiva; el «no ser escuchado» no frustrará sus inquietudes de participación.
Se trata de hacer a un lado los (PRE) juicios, para poder saber de qué se trata y como es que no podemos generalizar las actitudes entre la sociedad simplemente por las apariencias, y mucho menos por los conceptos establecidos por la misma sociedad o los medios acerca de “tal música la escucha tal tipo de gente”.
Desde la antigüedad se ha comprobado que la música influye en la manera de pensar y actuar de los individuos, así como en sus manifestaciones; provocando cambios drásticos de ánimo y percepción del entorno o interpretación de la realidad. Los estudios hechos gracias a las resonancias magnéticas demuestran que al estar bajo la influencia de cierto tipo de música entran en actividad diferentes partes del cerebro y las emociones oscilan unas entre otras, lo cual lleva a los cambios antes mencionados.
La parte de la sociedad mas influenciada por la música es la juventud ya que en esta etapa de la vida es cuando la búsqueda de la identidad está en su máxima expresión. Los jóvenes, buscan refugio en grupos que comparten sus mismos gustos, ideas y creencias; estos grupos se denominan tribus urbanas cuyas preferencias se manifiestan en la música principalmente, forma de vestir, hablar, estética y su correlación con la sociedad en general.
Estas diferencias parecen ser barreras entre estos diferentes grupos provocando problemas que impiden ver sus similitudes. La música es muy característica en cada tribu urbana ya que en ella encuentran un medio de expresión libre así como un consuelo a sus problemáticas y como salida alternativa a estos. Cuando la sociedad tiene estas diferencias se enfrenta directamente a situaciones perjudiciales para todos los que la integran, los padres por un lado al no comprender el comportamiento de los hijos, los hijos al sentir la incomprensión tanto de estos como de la sociedad, la sociedad al seguir las ideas de los medios que les dicen que estas tribus son solo parásitos en ella y finalmente entre tribus ya que al no encontrar las brechas que los puedan unir surgen enfrentamientos que algunas veces suelen ser muy violentos y también hay que decir que ellos siguen una especie de códigos que les provocan sentimientos despectivos a los integrantes de las demás tribus.
Sin embargo se nos olvida que la música es un lenguaje universal, que no necesita de palabras ni de traducciones para que te haga llegar un mensaje, que así como divide también ha unido infinidad de veces a la humanidad entera como por ejemplo winds of change de the scorpions, cuando fue la caída del muro de Berlín, o las múltiples canciones de los mundiales de futbol, el himno a la alegría entre otras. Se nos olvida que una de las características de los seres vivos es la adaptación al medio y a lo circundante y que si queremos, podemos lograr que estas barreras virtuales desaparezcan para encontrar una forma de convivir en armonía y respetando siempre estas diferencias que realmente nos hacen únicos.

"Dime que escuchas y te dire quien eres"

Se sabe que los jóvenes construyen su identidad con el vestuario, el peinado, el lenguaje, así como también con la apropiación de ciertos objetos emblemáticos, en este caso, los bienes musicales, mediante los cuales, se convierten en sujetos culturales, de acuerdo con la manera que tienen de entender el mundo, y de vivirlo, de identificarse y diferenciarse. Los jóvenes se constituyen en grupo. Los amigos son el núcleo donde se generan los patrones de conducta que se le propone seguir al adolescente. El deseo de ser independiente de la familia lo va a suplir con la dependencia de un grupo. Allí se escogerán los significados sociales que atribuyen a los bienes culturales que consumen. El consumo cultural los identifica y los cohesiona, les dicta patrones de conducta, códigos, formas de aprendizaje, inclusive su lenguaje se arraiga en los objetos que consumen. En definitiva, se establece un sistema de creencias. Los miembros del grupo actúan siguiendo estas creencias. En los grupos en los cuales, el elemento de cohesión, es la música, las creencias se generan a partir de ella. Ella es la que determina la forma de vestirse, de peinarse, de moverse, la forma de hablar. Este conjunto de creencias construye la identidad de ese grupo de pertenencia. No es casualidad que la población más joven, aquella que inicia sus propios procesos de conformación de identidad, sea la que muestra mayor nivel de compra de material discográfico, porque les es preciso poseer una serie de bienes culturales para formar parte de la comunidad cultural. Ahora, ¿qué es lo que lleva a los individuos a adoptar estas creencias en común? ¿Cuál es la amenaza a la que se ven enfrentados, y que resulta en este "acuerdo" de creencias? Quizás sea la intención de ser alguien en esta sociedad de masas. En un mundo que tiende a la homogeneidad extrema, la música parece ser el última salida donde mostrar una diferencia. Ser original, independiente o rebelde, e ir contra la corriente. Quizás sea buscar una identidad diferente a la de sus padres, o quizás, solo ocupar el tiempo libre, o ahogar el sentimiento de soledad, y encontrar un grupo de personas en el que ampararse ante las exigencias del sistema. El hecho es que una de las actividades que más realizan los adolescentes es escuchar música. La música une a individuos de puntos muy diferentes de la sociedad. Desde un neohippie belga con un anillo en la nariz, hasta un breakdancer de Tokio, con trenzas rasta y vaqueros anchos. Personas que no se encuentran próximas en el espacio social, pueden de esta manera, encontrarse e interactuar, por lo menos brevemente, teniendo algo en común. La música es a la vez, estilo de vida, vínculo social y fuerza espiritual. Orienta a los jóvenes en su búsqueda de autonomía y les brinda un medio de expresión.
Esto no es ignorado por las compañías discográficas, que tienen bien en claro su mercado, particularmente juvenil. Este tipo de industria ha aprendido que la pertenencia a la nueva comunidad de valores culturales pasa necesariamente por la posesión, conocimiento y dominio de bienes simbólicos específicos, uno de los cuales gira alrededor de la música y sus productos. En muchos países, la participación de la industria musical en la economía alcanza grandes proporciones, llegando a ser un pilar importante en varias naciones. Por esta razón, resulta lógica la preocupación por buscar, mantener y ampliar un mercado de consumidores. En este proceso, conocer y a su vez moldear, pero también amoldarse a las preferencias musicales de los jóvenes, tiene un papel imprescindible en las estrategias de las empresas. Para esto, los medios juegan un papel muy importante, ya sea para reforzar esta idea de que para pertenecer, es necesario tener, como también, para generar nuevos mercados, atribuyendo diferentes valores a la música, que son ajenos a ella.
Por lo tanto, la música tiene un aspecto sociológico. Ella es parte de la superestructura cultural, producto de las clases sociales, pero también de los medios de producción. La sociedad genera la música como su producto cultural. A su vez, ese producto modifica a la sociedad misma, porque la agrupa de diferentes maneras, genera grupos de pertenencia, produce alienación, implanta valores, ideales, los difunde, genera modelos e ídolos, inserta nuevos actores sociales, se generan nuevas creencias, todo con la consecuente resignificación de la música, formándose un ciclo de constante resignificación. Temas que antes no se trataban, como la delincuencia, las drogas, el alcoholismo, el sexo precoz, se suman a la lista de temas que sí estaban presentes en las letras de las canciones, como el satanismo o la violencia. Aquí entra en juego la fase psicológica de la música, que veremos más adelante. Pero no solo la estructura social es la que manipula la música. Los medios de producción también lo hacen, y no solo con la música, sino que la sociedad es moldeada para que consuma ciertos productos, a otros los considere de baja calidad. La industria discográfica es parte de los medios de producción. Y por lo tanto, la música es la materia prima con la que trabajan. ¿Puede la música afectar a los medios de producción, como lo hace con la estructura social? Solo hace falta recordar el combate de las grandes discográficas contra la piratería en Internet. Y si bien, en esta cuestión intervienen otros factores, como los sistemas informáticos, el producto comercializable es la música, y es lo que hace temblar a las discográficas, mientras las ventas continúan bajando poco a poco.
La música produce también un impacto psicológico. Es decir, no solo produce cambios en las conductas del hombre, y en la sociedad, sino que también hay cambios internos. ¿Porqué es que la música gusta y atrae? Para contestar esta pregunta, se podría definir primero qué tipo de impacto es la música, a dónde apunta, ¿a la memoria genética, a los valores, a los juicios o a la opinión?. Seguramente en la memoria genética debe haber un lugar para la música. Así como el fuego convoca, es posible que la música también tenga algún efecto similar. Si esto fuera así, se estaría modificando toda la estructura psicológica interna, porque si la memoria genética y los impulsos primarios son los puntos más estables, estos modificarían todos los demás segmentos, y se estaría comprobando que la música tiene una muy alta influencia en las vidas humanas. Ahora, si la música apuntara a impactar en los valores, el efecto sería menor, aunque igualmente tendría una gran importancia. Como estos valores son profundamente formativos, seguramente tendrían mucho más importancia en edades tempranas, en donde, la música podría llegar a determinar la idea del bien y el mal, del honor, de la moral, y quedando estos valores implantados en el individuo. Luego, si la temática de la música se dirigiera a estos valores, entonces seguramente habría por parte del individuo una identificación, con el consecuente refuerzo de los mismos. La música también podría impactar en los juicios, y es probable que así sea, ya que los juicios son adquiridos y culturales, y por lo tanto, su efecto sobre el individuo sería menor. O simplemente producir opiniones en la gente. Parecería en esta instancia que se podría explicar la influencia de la música sobre los individuos diciendo que ésta golpea en lo más profundo del individuo, y por lo tanto lo afecta como se ha visto. Pero también se ha podido ver que hay otros factores que intervienen en este poder que tiene la música para cautivar a la gente...

La Influencia de la Musica en la gente

Desde hace 2,500 años, la música se ha considerado una fuerza tan potente e influyente en la sociedad que los principales filósofos y políticos han abogado por su control, incluso a través de la constitución de su nación. Este fue el caso en Esparta y Atenas. En Japón, en el siglo III a.c., se estableció una oficina imperial de música (el Jagaku-ryo) para controlar actividades musicales. Otras culturas antiguas, como las de Egipto, India y China, manifestaron preocupaciones similares. Hoy, un control legislativo o gubernamental de este tipo sería casi inconcebible, pero incluso en este siglo, hay gobiernos que han implementado leyes para controlar la música.
La música es un movimiento organizado de sonidos a través de un continuo de tiempo. La música desempeña un papel importante en todas las sociedades y existe en una gran cantidad de estilos, característicos de diferentes regiones geográficas o épocas históricas. La música es para todo tipo de gente no importa género, edad, posición social, etc. Ya que es un medio de expresión, un arte que es para disfrutarse. Así como la música está dividida en géneros el estado de ánimo de la gente también lo está, ya que a veces nos sentimos tristes, alegres, con ganas de bailar, saltar, algo con lo que nos sintamos a gusto. Así que, una forma de expresar ese estado de ánimo es por medio del arte llamado Música. la música es el arte que más cautiva a las personas es algo ya plenamente reconocida
Tan grande es la influencia de la música sobre los seres vivos, que se ha utilizado tanto para potenciar la agresividad como la tranquilidad, del mismo modo que se emplea para dormir, relajar, estimular o concentrar. Todo depende del tipo de música y el momento adecuado para escucharla. La música se emplea lo mismo para una ceremonia religiosa que para divertirse, deleitarse, aislarse, o como preludio al acto amoroso. Los filósofos como Platón y Aristóteles, hacia el año 300 a.C. la empleaban como apoyo a sus conferencias en el Liceo de Atenas. Estos filósofos, especialmente Aristóteles, entendieron claramente que no eran los sonidos naturales los que podían influir solamente en el ser humano (viento, olas, pájaros, silencio de la noche), sino que los sonidos armónicos, que hoy día conocemos como la música, eran mucho más poderosos para influir en la conducta y el carácter.
En muchos siglos se utilizó como apoyo a los tratamientos médicos convencionales, aunque en la actualidad, con el auge de la medicina química y tecnológica, se le desprecia y escasean los médicos que la utilizan en hospitales sobretodos mentales. Anteriormente se consideraba como un método excelente para desarrollar el carácter y la educación de los niños, para elevar la moral y curar las depresiones, incluso para enseñar las matemáticas. En este sentido no debemos olvidar que hasta la llegada de la democracia en nuestro país las reglas aritméticas se aprendían mediante canciones, una costumbre que se practicaba desde hacía siglos. Se ha comprobado el efecto que tienen los sonidos musicales en el desarrollo del niño cuando está en el útero materno. Mediante la medición con ecografías (uso de ultrasonidos) y fonendoscopios en madres que escuchaban distintos tipos de música, se comprobó que la música clásica producía movimientos lentos del niño y ninguna alteración de sus constantes cerebrales y circulatorias, la música rock provocaba movimientos nerviosos y aumentos de su frecuencia cardíaca. No quiere decir que la música rock sea perjudicial y la clásica beneficiosa, simplemente modifican el comportamiento y sabiamente aplicada en el momento adecuado, puede influir en la conducta y el carácter de las personas.
La música se emplea bajo tres parámetros:
• Cadencia o ritmo.
• Intensidad o volumen.
• Frecuencia o posición en el pentagrama.
Las notas altas, agudas, actúan preferentemente sobre las contracturas musculares, se propagan rápidamente en el espacio aunque en distancias cortas, actúan fuertemente sobre el sistema nervioso, constituyen una señal de alerta y aumenta los reflejos, al mismo tiempo que nos ayudan a despertarnos o sacarnos de un estado de cansancio o sopor.
Como factor negativo tenemos el hecho de que el oído es especialmente sensible a ellas y si son muy intensas y prolongadas lo pueden dañar, lo mismo que su efecto sobre el sistema nervioso puede provocar cierto descontrol y alteraciones en los impulsos nerviosos que se vuelven incontrolados. Las notas bajas, graves, no parece que tengan influencia sobre las terminaciones nerviosas y su efecto es más mecánico, por lo que tienen mayor influencia sobre las zonas corporales huecas, como los pulmones, corazón y abdomen, quizá porque son lugares idóneos para las resonancias. Las notas graves se perciben mal en distancias cortas, por lo que su efecto inmediato es difícil de medir, aunque son capaces de ser audibles en muchos kilómetros. a la redonda. Su efecto mecánico es tan poderoso que puede resquebrajar muros, carreteras, terrenos, y actuar con un efecto vibratorio muy intenso en cualquier cuerpo sólido. Terapéuticamente tienden a producir efectos sombríos, visión pesimista del futuro y tranquilidad extrema. La cadencia de las notas musicales, graves o agudas, es el segundo factor en importancia y así tenemos que, mientras que los ritmos lentos inducen a la paz, los rápidos inventan al movimiento y a exteriorizar los sentimientos.
El tercer y último elemento musical es la intensidad, la cual indudablemente ha ocupado en nuestro siglo una preponderancia quizá aún mayor que las otras dos, a causa de los potentes equipos de sonido. Cualquiera de los otros dos efectos, cadencia o frecuencia, produce efectos mucho menores que la intensidad del volumen, hasta el punto de que una nota o partitura que en sí es tranquilizante puede volverse irritante si el volumen es más alto que lo que esa persona puede soportar.
“La música es un arte que existe para disfrutarse”
La música siempre ha desempeñado un papel importante en el aprendizaje y la cultura, pudiendo llegar a influir en costumbres y emociones. En muchas ocasiones la música forma parte de la tradición de un país o de una región (reggae, tango, folklore, rap, polka, salsa, samba, etc. En numerosas circunstancias se convierte la música en verdadera protagonista pudiendo serlo también los propios intérpretes o sus mismos autores.
Desde entonces la música ha vivido cambios espectaculares, y la influencia que ha ejercido en todas las generaciones, de forma especial en los adolescentes, siempre ha supuesto una fuente de preocupación para la sociedad y las familias. Desde ya que no se intenta decir que la música solamente ha modificado a la sociedad. La sociedad, en general, ha visto modificados muchos de sus valores, primando en la actualidad el éxito y la competencia, la eficacia y el rendimiento, el poder del dinero, el bienestar y el ocio, el estatus social y la belleza. La eclosión de los medios de comunicación y, en especial, de la televisión, ha marcado notablemente la vida social. La música juega un papel importante en el refuerzo de este tipo de valores. Se intentará desentrañar los procesos invisibles que convierten a la música en una herramienta de implantación de valores, y generadora de conducta. Esta monografía se propone analizar el impacto que desarrolla la música sobre los adolescentes y jóvenes, y en la sociedad en general, desde los puntos de vista antropológico, sociológico y psicológico. Por tal motivo, es necesario primero definir cada una de estos puntos de vista, para acotar el campo de cada uno de ellos.
Se sabe que los jóvenes construyen su identidad con el vestuario, el peinado, el lenguaje, así como también con la apropiación de ciertos objetos emblemáticos, en este caso, los bienes musicales, mediante los cuales, se convierten en sujetos culturales, de acuerdo con la manera que tienen de entender el mundo, y de vivirlo, de identificarse y diferenciarse. Los jóvenes se constituyen en grupo. Los amigos son el núcleo donde se generan los patrones de conducta que se le propone seguir al adolescente. El deseo de ser independiente de la familia lo va a suplir con la dependencia de un grupo. Allí se escogerán los significados sociales que atribuyen a los bienes culturales que consumen. El consumo cultural los identifica y los cohesiona, les dicta patrones de conducta, códigos, formas de aprendizaje, inclusive su lenguaje se arraiga en los objetos que consumen. En definitiva, se establece un sistema de creencias. Los miembros del grupo actúan siguiendo estas creencias. En los grupos en los cuales, el elemento de cohesión, es la música, las creencias se generan a partir de ella. Ella es la que determina la forma de vestirse, de peinarse, de moverse, la forma de hablar. Este conjunto de creencias construye la identidad de ese grupo de pertenencia. No es casualidad que la población más joven, aquella que inicia sus propios procesos de conformación de identidad, sea la que muestra mayor nivel de compra de material discográfico, porque les es preciso poseer una serie de bienes culturales para formar parte de la comunidad cultural. Ahora, ¿qué es lo que lleva a los individuos a adoptar estas creencias en común? ¿Cuál es la amenaza a la que se ven enfrentados, y que resulta en este "acuerdo" de creencias? Quizás sea la intención de ser alguien en esta sociedad de masas. En un mundo que tiende a la homogeneidad extrema, la música parece ser el última salida donde mostrar una diferencia. Ser original, independiente o rebelde, e ir contra la corriente. Quizás sea buscar una identidad diferente a la de sus padres, o quizás, solo ocupar el tiempo libre, o ahogar el sentimiento de soledad, y encontrar un grupo de personas en el que ampararse ante las exigencias del sistema. El hecho es que una de las actividades que más realizan los adolescentes es escuchar música. La música une a individuos de puntos muy diferentes de la sociedad. Desde un neohippie belga con un anillo en la nariz, hasta un breakdancer de Tokio, con trenzas rasta y vaqueros anchos. Personas que no se encuentran próximas en el espacio social, pueden de esta manera, encontrarse e interactuar, por lo menos brevemente, teniendo algo en común. La música es a la vez, estilo de vida, vínculo social y fuerza espiritual. Orienta a los jóvenes en su búsqueda de autonomía y les brinda un medio de expresión.
Esto no es ignorado por las compañías discográficas, que tienen bien en claro su mercado, particularmente juvenil. Este tipo de industria ha aprendido que la pertenencia a la nueva comunidad de valores culturales pasa necesariamente por la posesión, conocimiento y dominio de bienes simbólicos específicos, uno de los cuales gira alrededor de la música y sus productos. En muchos países, la participación de la industria musical en la economía alcanza grandes proporciones, llegando a ser un pilar importante en varias naciones. Por esta razón, resulta lógica la preocupación por buscar, mantener y ampliar un mercado de consumidores. En este proceso, conocer y a su vez moldear, pero también amoldarse a las preferencias musicales de los jóvenes, tiene un papel imprescindible en las estrategias de las empresas. Para esto, los medios juegan un papel muy importante, ya sea para reforzar esta idea de que para pertenecer, es necesario tener, como también, para generar nuevos mercados, atribuyendo diferentes valores a la música, que son ajenos a ella.